20 Julio –Juan 11:4-6
Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Dios tiene el control en todo momento.
Al leer detenidamente esta conocida lectura que termina en la resurrección de Lázaro después de cuatro días muerto, podemos darnos cuenta de varios detalles significativos:
Jesús en todo momento, sabia y tenía controlada la situación.
Tenía pleno conocimiento de lo que iba a suceder, todo estaba bajo su control.
A simple vista, pareciera que a Jesús no le importara para nada el llegar a tiempo y el padecer de Lázaro.
Pero Dios en su control de todo, había permitido esta enfermedad para su Gloria. ¡Cuánto nos enseña esto!
Es significativo que una vez que Jesús dice que es una enfermedad para la gloria de Dios, habla de que Jesús les amaba. Esto nos muestra, en contra de lo que muchos puedan decir, que, pese a que Jesús les amaba, no por ello, quitó, o no permitió esta enfermedad en Lázaro. Al imaginarme la situación, veo a los vecinos y amigos de Marta y María diciéndole: Ese Jesús que tanto amáis no os ha ayudado, os ha dejado en la estacada, se ha olvidado de vosotras y vuestro hermano, no hay diferencia, entre vosotras que le amáis y los que no le aman.
Se realista y piénsalo despacio. No había habido ninguna diferencia, entre ellos y cualquier otro. O eso pudiera parecer. ¿No nos pasa a nosotros a veces lo mismo?
El texto es claro: Jesús les amaba, pero lo permitió por un propósito mayor, pese a lo que pudiesen pensar ellas mismas, sus vecinos y amigos.
Jesús se quedó dos días más, ya que para Él no era un problema y quedaría claro que Dios había actuado.
Eran necesarios estos dos días más, para que en total y después de cuatro días muerto y oliendo muy mal, la Gloria de Dios, se manifestase.
Dios te ama, pero va a permitir cosas en tu vida que no tienen explicación, o que parece que se han olvidado en el tiempo. Confía que Dios tiene el control y a su momento se verá claramente su Gloria.
Dios te bendiga. Amén.
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