20 Enero - Salmo 60:11-12
Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres.
En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos.
-Dios nuestro mejor Socorro:
¿Quién quiere confiar en los hombres antes que en Dios? Estoy seguro que todos me vais a decir que nadie.
Pero, pensémoslo leyendo Jeremías 38:17-20 que dice: Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego, y vivirás tú y tu casa. Pero si no te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, y la pondrán a fuego, y tú no escaparás de sus manos. Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan. Y dijo Jeremías: No te entregarán. Oye ahora la voz de Jehová que yo te hablo, y te irá bien y vivirás.
Se sincero, ¿Qué hubieses hecho tú? ¿Hubieses confiado en Dios o en tus circunstancias y tus medios?
Él sabía que si daban con él, le escarnecerían y tenía motivos para pensarlo, por eso no quiso confiar en Dios y entregarse. Miro sus medios, su ejército, su puerta trasera para escapar y creyó en esa falsa seguridad.
¿Qué ocurrió? Si leemos más adelante en Jeremías 39:2-8 dice: Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá.
Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.
Sedequías confió en sus fuerzas y no le fue muy bien.
Mi pregunta es: Cuando nos viene la prueba, ¿En qué confiamos? ¿En nuestros medios o en la ayuda de Dios?
Hay un libro titulado “Deleitándose en Dios” y narra la biografía de Jorge Müller, este hombre demostró de manera real, que Dios era su ayuda y sostén, pues siendo un hombre pobre y sin medios, logró sin pedir un solo penique, edificar cinco orfanatos con capacidad para 2.000 niños y mantenerlos en la ciudad de Bristol (Reino Unido).
Estos edificios aún están en pie a día de hoy, y es un legado que demuestra el poder y el actuar de Dios.
¿En quién esta puesta nuestra confianza? ¿Quién es nuestra ayuda? Si ponemos nuestra confianza en Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos. Recuérdalo cada día de tu vida. Dios te bendiga. Amén.
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