He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
-Abriendo nuestras vidas a Dios.
Este texto, se ha usado por mucho tiempo para invitar a las personas a dar un paso y abrir su corazón a Dios.
Pero el texto, está dirigido a creyentes para que abran sus vidas a Dios. Podemos recibir a una persona en nuestro hogar y no dejarle pasar nada más que hasta la misma puerta. Si por el contrario, es alguien de confianza entrará con nosotros a todos lados e incluso comerá con nosotros. ¿Hay diferencia? Con Dios es igual podemos abrirle el recibidor o dejarle entrar y controlar nuestra vida. Se sincero, ¿En qué medida tienes abierta tu vida a Dios? ¿Puede entrar en todas las habitaciones y rincones de tu vida o tienes habitaciones reservadas? Dios demanda de nosotros una rendición total.
Mateo 16:24 dice: Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Debemos de negarnos para que Él pueda brillar, para que Él haga su obra en nosotros y eso quiere decir que le tenemos que dar las llaves de todas las áreas de nuestras vidas. ¿Estás dispuesto? Dios te bendiga.
Amén.
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