jueves, 21 de marzo de 2013

RESPALDAR A LOS HERMANOS Y A LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA

Hermanos, hoy redacto este escrito para comentaros un tema que puede traer problemas en las iglesias de hoy en dia. Hay veces que suceden cosas que nos hacen dudar si estamos actuando bien o mal, o si estamos dirigiendo bien o mal el ministerio que estamos llevando a cabo en la iglesia. Las murmuraciones y los rumores pueden hacer mucho mal a las personas. Todos hemos sido sometidos en diversos momentos de la vida, a acusaciones falsas. Se han dicho cosas de nosotros que no eran verdad, y han sido dichas con el único ánimo de hacernos daño. Gente llena de envidia, de remordimientos o de orgullo ha querido herirnos, y lo han hecho de la mejor manera: murmurando. Cuanto más cerca estás de Dios, más ataques vas a recibir del Diablo: más murmuraciones, más mentiras, más acusaciones falsas, más críticas......
     El mal momento que estés pasando ahora no se soluciona con ninguna argumentación. Sólo la verdad de las promesas de Dios hace que nos sintamos felizes, a pesar de todas las circustancias y ataques. Muy pronto lo que dicen de nosotros, se volverá contra ellos. Eso es lo que Dios da a los que le sirven: LA VICTORIA. La verdad siempre llega a la meta.
             Si señores, tenemos que respaldarnos entre nosotros mismos, y ser unánimes para llegar todos al mismo lugar. No nos pongamos la zancadilla entre nosotros mismos, porque eso no lleva a nada bueno. Un poeta dijo hace muchos años:
                            -El que espera, desespera
                            -El que desespera , alcanza.
                            -Por eso es bueno esperar
                            -Y no perder la esperanza.
Siempre debemos:
                          -insistir en la oración y en los momentos con Dios.
                          -insistir en la lucha contra el mal.
                          -apoyar a los representantes de la Iglesia, y sobretodo al Pastor.
                          -ayudarnos los unos a los otros, y no ponernos piedras de tropiezo entre 
                          nosotros.       
                          -persistir en lo que hacemos. Cuando plantamos la semilla, no esperemos 
                          coger frutos enseguida. Todo tiene su momento y su tiempo. Respetemos
                          eso.



Solo así haremos que nuestra iglesia crezca y florezca. Apoyemonos los unos a los otros.
 

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