¡LEVANTAD LAS MANOS!

Todos sabemos que la vida cristiana no es un camino de rosas siempre. Cada día nos enfrentamos a situaciones que nos tambalean y nos pueden hacer perder el rumbo casi sin darnos cuenta. La vida está llena de acontecimientos que de una manera u otra nos afectan drásticamente en nuestra manera de ver las cosas que tenemos delante de nuestros ojos.
           En ocasiones, no tenemos nuestra fortaleza al 100%. Eso puede ocasionar que nuestro peor enemigo aquí en la tierra ( Satanás), se aproveche de nuestra debilidad interior para producir maldad en nuestros corazones y para plantar semillas envenenadas en nuestro ser. Si hermanos/as, tenemos que estar con las espadas en alto siempre y tener nuestra coraza bien puesta para no caer en las trampas de este ser que siempre nos intenta destruirnos. Él no se preocupa de la gente que está perdida en el mundo ( a ellos ya los tiene bajo su dominio), el se preocupa de gente como nosotros   que creemos en Jesús  como nuestro Salvador y redentor, y que tenemos a Dios en nuestros caminos de vida. Nosotros somos su presa más directa.
            Por ello, tenemos que estar preparados siempre para la batalla. No dejemos núnca que la maldad nos domine, porque como dice Romanos 2:8 ¨castigará con enojo a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad¨. Sí hermanos, levantemos las manos  y pidamos sin cesar a Nuestro Señor que nos proteja de todo mal y Él lo hará. Porque es grande y misericordioso con su pueblo.
           Hay una cosa muy importante, tenemos que ser unánimes y estar todos en el mismo sentir. Solo de esta manera, alcanzaremos la meta que todos los cristianos buscamos. Tenemos que ser un cuerpo completo en el que la cabeza principal sea Cristo. No dejemos que Satanas ponga su mano para hacernos tropezar. Y si la pone, que la pondrá, fortalezcamonos de ello y aprendamos de la situación para volver a levantarnos con más fuerza que núnca. Dios no mira las caidas, sino el levantar de cada uno. Espero que mis palabras ayuden a muchas personas, a muchas que quiero mucho y a otras que no he conocido aún.