Lo primero es felicitar el año a todos nuestros lectores. Nuevo año, siempre igual, nos proponemos nuevas metas que nunca se cumplen. ¿Qué podemos hacer? Como dice Filipenses 3:13-14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Extendiéndome: sin mirar atrás, preocupándome de hacerlo bien y de llegar a la meta, buscando el ser más como Cristo. Este año me he propuesto despertar, poner lo que tengo a los pies de Jesús, sea poco o sea mucho y cumplir la misión que Dios tiene para mi. ¿Le estoy dando lo mejor de mí al Señor? Como dice 2ªPedro 1:10 “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás” . ¿Qué es vocación? Inspiración o inclinación con que Dios llama a hacer algo. Llamamiento. Siguiendo el llamado de Dios, dedicarse a algo para lo cual uno no tiene predisposición natural. ¿Qué es elección? Escoger o preferir algo para un fin o una meta. ¿que hemos de hacer para que nuestra vocación y elección no se “apaguen”? En el libro de Josué tenemos la clave: Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Esforzarnos: hay que hacerlo, no podemos ir a apagar un incendio con la mitad del equipamiento y sin las prácticas necesarias para que cuando llegue el momento sepamos actuar.
Os dejo unos sencillos pasos para que nos ayuden a cumplir las metas de este nuevo año.
Amen. Javier Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario