En 2012, nada menos que 105 mil cristianos han muerto asesinados por su fe, según el Center for Study of Global Christianity, institución norteamericana de referencia sobre persecución religiosa. El simple hecho de ir a la iglesia es una aventura arriesgada en Nigeria o Iraq. Poseer una Biblia es un grave delito en lugares como Corea del Norte o en algunas monarquías del Golfo Pérsico. Las zonas de riesgo son muchas, pudiéndose englobar básicamente en tres: Países donde es fuerte la presencia del fundamentalismo islámico: Nigeria, Somalia, Mali, Pakistán y algunas regiones de Egipto. Países donde aún hay regímenes totalitarios de impronta comunista como Corea del Norte. Y países donde existen nacionalismos étnicos, como el estado de Orissa, en India. Actualmente, Alemania y el Reino Unido comienzan a prestar atención a este problema en su acción diplomática, pero de forma tímida. Es imprescindible que cunda el ejemplo. Al drama de la persecución religiosa no puede sumarse el escándalo del silencio y de la indiferencia. Oremos por ello cada día, porque en el mundo hay muchas iglesias que se hayan perseguidas. Para las personas que tenemos libertad religiosa, no nos es posible comprender en toda su extensión, que por expresar nuestras creencias tengamos que sufrir persecución por ello . Podemos dar gracias al Señor cada día por ello, pero también tenemos la responsabilidad de interceder los unos por los otros, ya que hay hermanos de otros lugares que lo están pasando realmente mal. Así pues, con nuestras oraciones ayudemos a que esta situación cambie y que el Señor los ampare, y puedan expresar su amor a Dios libremente. Daniel Polo
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