Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
-Fuertes en la debilidad:
La frase es rotunda: Cuando soy débil entonces soy fuerte. ¿Esto es realmente así?
Lo normal es decir cuando soy débil, estoy sin fuerzas, desanimado y sin ganas. Esto es lo que generalmente se aproxima más a la realidad. Por años he padecido una enfermedad que me impedía hacer algunas cosas y francamente no lo entendía. Ahora sé que Dios estaba trabajando conmigo, para que Él siempre se lleve la gloria yo pueda ser usado como instrumento limpio y útil. Cuando Pablo hace esta declaración, habla de algo realmente molesto y por lo que había rogado a Dios. Sin embargo, Dios no se lo quita, sino que le confirma que esto debe ser así, pese a que a él no le guste. Al fin Pablo lo ve como algo que pone a Dios en su lugar y a él en suyo.
Cuán importante es esto para cada uno de nosotros, que estemos en nuestro lugar actuando y viviendo adecuadamente. La debilidad no tiene que hundirnos sino afianzarnos en la posición donde el Señor nos ha puesto. En medio de las circunstancias Él siempre tiene un motivo y si nos sujetamos a Él seremos fuertes. ¿Lo crees? Ten ánimo porque cuando eres débil o te sientes sin fuerzas, entonces eres fuerte con el Señor y podrás llevar a cabo su propósito en tu vida. Dios te bendiga. Amén.
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